viernes, 24 de junio de 2011

Alcohol y Memoria. El Síndrome de Korsakoff

El síndrome de Korsakoff es un trastorno neuropsicológico producido por un déficit de tiamina (vitamina B1), siendo una parte importante de los afectados por este trastorno alcohólicos crónicos. La mayor parte de las calorías que consumen estas personas provienen del alcohol, que carece de vitaminas, y como el alcohol interfiere con el metabolismo de la tiamina, la poca que ingieren es de escasa ayuda. Este hecho provoca diversas lesiones cerebrales, principalmente en estructuras diencefálicas, que a su vez se ven agravadas por el efecto tóxico que el alcohol tiene sobre el sistema nervioso.

Entre los diferentes síntomas de este trastorno el más característico es la pérdida de memoria. Aunque en un principio se pensaba que los pacientes de Korsakoff solamente sufrían amnesia anterógrada, los estudios realizados relacionaron este trastorno también con una amnesia retrógrada grave. Además presentan alteraciones en la orientación temporal, así como falta de consciencia de su déficit de memoria, lo que les hace tener tendencia a la fabulación, es decir, a imaginar e inventar tramas y argumentos con los que llenar sus “vacíos temporales”.

La distinción entre amnesia retrógrada y amnesia anterógrada se basa en la información que el paciente pierde en relación con el momento en que se produce la lesión cerebral, así, la amnesia retrógrada hace referencia a la pérdida de memoria relacionada con información previa a la lesión y la amnesia anterógrada a la pérdida de información posterior a dicha lesión. En la amnesia retrógrada, la información que se pierde suele estar relacionada principalmente con hechos y sucesos, no afectando, o afectando en menor medida a actividades motoras o al lenguaje. Los pacientes que sufren este déficit pierden recuerdos relacionados con su historia personal (fechas, personas, acontecimientos, etc.), pérdida que suele ser mayor para los sucesos más cercanos a la lesión, pero que, en los casos más graves, puede abarcar toda una vida. En el caso de la amnesia anterógrada, existe una incapacidad para recordar información novedosa. Aunque el paciente mantiene la capacidad de almacenar información a corto plazo, es incapaz de codificar nueva información, de crear nuevos recuerdos duraderos. Cuando la información deja de estar activa, cuando se deja de pensar en una experiencia nueva, ésta desaparece como si nunca hubiera existido. Es por ello que el recuerdo más reciente para las personas que sufren este tipo de amnesia estará relacionado con sucesos previos a la lesión, por lo que viven anclados en algún momento de su pasado. Dependiendo de la gravedad del trastorno y del tiempo que lleven padeciéndolo, los pacientes de Korsakoff pueden ver borrados años enteros de su vida sin que sean conscientes de ello. Encontrarse en un mundo totalmente diferente del que recuerdan, un mundo en el que pasa el tiempo para todos menos para ellos, hace que vivan en un estado de permanente confusión. Cualquier explicación, cualquier intento de aclarar su situación será olvidado inmediatamente, volviendo el paciente a su estado anterior.

Cuando del síndrome se encuentra en sus fases más avanzadas aparecen diferentes problemas sensoriales y motores, confusión extrema y cambios de personalidad. También se ha observado que estos pacientes tienen un alto riesgo de padecer enfermedades graves de hígado, de corazón o gastrointestinales, pero es posible que esto se deba más al consumo excesivo de alcohol que al síndrome en sí mismo. En cuanto a las zonas cerebrales implicadas, diferentes estudios han relacionado el síndrome de Korsakoff con lesiones en el diencéfalo, principalmente en los cuerpos mamilares del hipotálamo y en los núcleos mediodorsales del tálamo, así como con daños difusos en otras estructuras encefálicas, principalmente en la neocorteza y en el cerebelo.

Tumores, traumatismos craneoencefálicos, derrames cerebrales, enfermedades neurodegenerativas o cualquier otra dolencia que pueda producir una lesión cerebral es susceptible de provocar amnesia en un grado u otro. Cuando esto ocurre, y más si es de la gravedad de la amnesia de Korsakoff, uno no puede sino preguntarse ¿soy yo si mis recuerdos, mis experiencias, desaparecen?, o yendo más allá, si no tengo memoria ¿he tenido una vida?

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